Cuando en septiembre de 2007 pacíficos monjes budistas se enfrentaron al régimen militar birmano, el mundo entero centró su atención en Birmania. Se prohibió la entrada en el país de televisiones extranjeras, pero Joshua, un joven periodista de 27 años, y su equipo trabajaron para contrarrestar la propaganda militar y mantener al mundo informado sobre la situación en el interior del país cerrado.